Foto: © José Mª. Collantes González Iglesia de Santiago

Nació esta cofradía del Martes Santo gaditano en la desaparecida ermita de Santa Catalina de Alejandría, situada en un paraje cercano al Baluarte de los Mártires, donde tuvieron su primera morada los frailes capuchinos cuando llegan a Cádiz.

Fundada en 1721, la Piedad, da culto a un extraordinario crucificado que se decía hecho por Salcillo, pero el Señor de la Piedad, es un talla debida al imaginero genovés Francesco María Maggio, que la realiza en 1754.

Siempre componiendo la escena patética del Calvario, la cofradía cuenta con las imágenes de la Virgen de las Lágrimas (actualmente en su paso de palio, y en Calvario figura la Virgen de la Consolación), la Magdalena y San Juan, de Francisco Buiza Fernández, que vinieron a reemplazar a otras debidas a Doménico María Giscardi.

Corporación andariega, estuvo en Santa Catalina; en 1738, en el Carmen; en 1758, en Santiago; en 1858, en San Agustín, para volver a residir en Santiago donde continúa, no sin haber solicitado en 1761, labrar capilla en el templo de los padres Filipenses.

Da culto la corporación a la hermosa talla de Jesús de la Humillación y en tiempos pasados la procesionó componiendo en el paso el misterio del prendimiento. Hoy, tan sólo recibe culto interno.

La Piedad, cuando sale en noche cerrada de Santiago para inmediatamente hacer la estación en la vecina catedral, empieza a escribir la página postrera y última del Martes Santos gaditano, un día con fuerza, con auténtica y verdadera personalidad, con riqueza cofrade en la calle y donde los siglos y la juventud se dan la mano y entre todos hacen un singular día prolegómeno ya de un Miércoles Santo en que dos cofradías radicadas en el antiguo barrio de Santa María, empiezan a avisar a vecinos y forasteros que se acerca la jornada del Jueves y en ese día tiene lugar la eclosión de la devoción de los gaditanos cuando, desde Santa María, desfila el Nazareno Señor y Regidor de la ciudad...