| Y dicen los cronicones que la reina inglesa pidió a Essex piedad para con los templos, pero la catedral pereció ya en el bombardeo ya en el incendio que el inglés declaró el último día de su estancia entre nosotros y por eso y porque la catedral estaba totalmente incendiada, se reconstruye y en la primera procesión solemne del Corpus, la fiesta mayor de la ciudad, el Santísimo pasea por el itinerario de costumbre en el precioso "Cogollo", custodia no dádiva del rey sabio, sino custodia, tal vez, proviniente de la magnanimidad del rey prudente que quiere que la ciudad siga celebrando el Corpus Christi con la misma esplendidez de siempre y envía la preciosa alhaja realizada por Arfe para el Amor de los Amores. Ya sabemos que un recorrido tradicional era el de siempre hasta que fue cambiado y que la procesión pasaba por la calle llamada entonces de Juan de Andas, hoy de Cristóbal Colón y, que en la casa conocida hoy como "de las cadenas", se alojó el Sacramento porque la lluvia, la tan deseada y esperada lluvia, cayó a cántaros un año por Corpus de 1692, ocupando la silla apostólica el papa Inocencio XII, los reinos de España el rey Don Carlos II y la silla episcopal gaditana, aquella que nos viene dada por el celo apostólico de San Hiscio, el epíscopo Don José de Barcia y Zambrana. |
