Foto: © E. Christian Moreno Los disfraces de los componentes de las agrupaciones se cuidan hasta el último detalle, de este modo consiguen una ambientación que hace más creíble el tipo que representan y las coplas que cantan. En la imagen vemos a dos componentes de la orquesta de un coro afinando sus instrumentos.

Después de la agotadora noche del sábado, el domingo a mediodía es el carrusel de coros en el Mercado Central, junto a la Plaza de las Flores. Los coros, desde sus carrozas, lanzan coplas y tangos al mar de público que los rodea; el vino fino de Jerez, las tortillitas de camarones y los erizos se enecargan de rematar el ambiente. El espectáculo colorista es digno de ser captado. El mejor equipo para estas situaciones puede ser un cuerpo de cámara con un zoom 70-210 mm. y un par de angulares, un 35 mm. y un 24 mm. Además, en las mañanas de Carnaval de Cádiz la luz brilla de una forma especial, su calidad y su intensidad nos harán disparar... sin parar. Ya por la tarde, ese mismo domingo se celebra la Cabalgata, que parte desde las Puertas de Tierra hacia la parte nueva de la ciudad. Las grandes carrozas, en un principio insipiradas y técnicamente realizadas siguiendo los mismos métodos que las Fallas de Levante.

Grupos y charangas acompañan a las carrozas, papelillos y serpentinas se encargan de dar la nota festiva a una jornada intensa. Por la noche, los fuegos artificiales cubren el cielo gaditano. Podremos probar a hacer fotos en exposición, necesitando para ello un trípode, un disparador de cable y suerte con los cohetes.