Foto: © José Mª. Collantes González

En realidad es una planta arborescente perteneciente a la familia de las liliáceas. El nombre de "drago" hace referencia a la linfa rojiza y resinosa que exuda del tronco y raíces.

El género Dracaena comprende una serie de especies todas tropicales o incluso subtropicales. El perímetro del tronco es de forma irregular y su textura es fibrosa. En la base se ensancha y a menudo se encuentra inclinado. Las hojas acintadas se asientan directamente sobre el tallo y forman penachos terminales en el extremo de las ramificaciones. La copa es aparasolada y posee poco follaje. Las ramas presentan unas serie de estrangulaciones espaciadas que señalan las distintas etapas de crecimiento. Las flores, que aparecen en espigas ramificadas, se convierten más tarde en pequeñas bayas esféricas. Sus raíces son carnosas y más o menos fasciculadas. De sus ramificaciones primarias parten también raíces aéreas. Su desarrollo es muy lento, en realidad no ramifica ni florece hasta no alcanzar los 30 años de edad. Requiere climas suaves donde no exista riesgo de helada.

La linfa rojiza, conocida popularmente como "sangre de dragón", ha representado durante mucho tiempo una importante base económica con la obtención de tintes y pinturas. Durante el siglo XVIII era utilizada por los pintores para obtener pinturas de color carmín, mientras que los barberos aprovechaban su madera como suavizador de la navaja.