En 1724, Luis I aprueba una concesión de dinero de arbitrio para seguir con las obras, que se volverán a paralizar en 1739 al expirar el plazo señalado por la concesión del Rey. Tras atravesar un sinfín de problemas económicos, el 28 de junio de 1746 y gracias a la mediación del canónigo Mesas Xinete, se reanudan las obras. Tras el fallecimiento de Ignacio Díaz pasa la dirección de las obras a manos de Juan de Pina, que presenta modificaciones en la planta. Posteriormente interviene en la dirección Miguel de Olivares, aparejador de Cayón de la Vega, hasta 1792. De nuevo en 1776, por falta de fondos, las obras se paran hasta que Carlos III concede nueva orden de arbitrio para terminarla. Posteriormente intervienen otros maestros como José de Vargas Machuca, hasta 1810, fecha en la que se produce una nueva suspensión a causa de la entrada de los franceses. Será P. Angel de Albizu y Sebastián Verdugo, aparejador, quienes las continuarán hasta 1849. |