Fernando VII era aclamado como rey por absolutistas y liberales. Así lo atestigua esta medalla conmemorativa, acuñada en Cádiz en 1812 por el grabador Félix Sagan (Colección particular)

Fernando VII, que había llegado a felicitar a Napoleón por sus éxitos de manera humillante, vuelve a España en olor de multitudes, pero con intención de establecer un gobierno personal, típico del Antiguo Régimen.

Trató de ser condescendiente con los españoles que habían colaborado con los franceses durante la invasión. No ocurrió lo mismo con los liberales, a los que acusaba de un delito político: la proclamación de la soberanía nacional.