La presencia francesa en España es liquidada definitivamente a través del Tratado de Valencia, que Fernando VII firma. A su vuelta, el monarca no estaba dispuesto a reconocer en su monarquía un órgano emanado del poder popular, ni a restringir su poder absolutista en lo más mínimo. El 4 de Mayo de 1814, el rey promulga el Decreto de Valencia, en el que se promete una moderada libertad de imprenta y ciertas garantías personales, además de la convocatoria de Cortes, pero manifiesta categóricamente su intención de no jurar la Constitución de Cádiz. A pesar de las tenues promesas del Decreto de Valencia, el general Eguía procede a la disolución de las Cortes y comienza la detención de los diputados sospechosos de oponerse a la soberanía real. Vuelven a actuar todas las instituciones propias del antiguo régimen, y se suprimen las diputaciones provinciales y autoridades municipales. Finalmente, en Abril de 1815, se suspenden todos los periódicos, con la excepción del Diario de Madrid y la Gaceta, controlados por el régimen. |