Nunca faltaron a nuestra vieja seo los obsequios a ella destinados para el mejor culto tanto al Sacramento como a la Concepción de Ntra. Sra. Aunque Cádiz no sintió la fuerza extraña y casi demencial de "la loca del Sacramento", doña Teresa Enríquez, desde siempre, la fiesta mayor de la ciudad fue el Corpus Christi y para esa festividad, tanto la ciudad como el cabildo catedralicio, ponían en la calle lo mejor de lo mejor. En 1721 -un año antes de la colocación de la primera piedra de la nueva catedral- un rico indiano natural de Conil de la Frontera, que desempeñaba un importante cargo en la administración del reino, don Miguel Calderón de la Barca y su esposa doña Ana Pavidal, hicieron construir al orfebre madrileño Pedro Vicente Gómez de Ceballos, un riquísimo ostensorio de oro y gran cantidad de piedras preciosas, que el pueblo conoce por el nombre de "la custodia del millón". |