Esta antigua fotografía de Jean Laurent muestra un aspecto de Cádiz en la segunda mitad del XIX, vista desde la Torre Tavira.

Cuando vemos en Corpus desfilar la custodia procesional, pocos gaditanos sabrán de una vieja historia real cuyo resultado, de no haber mediado la suerte, hubiese sido fatal para el destino de alhaja tan necesitada de una restauración.

Durante el establecimiento del periodo cantonal, de marzo a agosto de 1873, los meses de junio y julio fueron especialmente duros, teniendo el Cabildo Catedral que hacer frente al proyecto de subasta de la custodia del Corpus por parte del Ayuntamiento.

Hablar de la historia de esta excepcional alhaja es contar que la misma la debemos a la magnanimidad de don Melchor de Cuéllar, ensayador de la Real Casa de la Moneda de Méhico, que instituyó una obra pía animado por su devoción al Santísimo Sacramento y para la salida del mismo decidió construir la espléndida alhaja orgullo de los gaditanos y no suficientemente conocida fuera de nuestra provincia.