Cádiz siempre celebró la fiesta aún en sus peores años de calamidades, con un extraordinario esplendor en una perfecta conjunción de los poderes políticos y religiosos por llevar adelante, por encima de ideologías, la festividad que los gaditanos calificaban como su fiesta mayor. Hoy, nada es nada y ni siquiera la fiesta cae ya en jueves como fue toda la vida de Dios; y es que los que mandan en esas cosas, que son esos que usted se imagina y que yo no digo -lo dice usted- ahora dicen que es en domingo...¡Qué barbaridad...!, ¡Qué parida...! |