Foto: © E. Christian Moreno Familias enteras se disfrazan y se echan a la calle para tomar parte en la fiesta. Para transmitir sensación de movimiento y para conservar del mismo modo algo de luz del fondo, se optó por una velocidad lenta de obturación que unida a un pequeño barrido completó la toma.

Este segundo fin de semana viene a ser una réplica del primero. Aunque la afluencia de forasteros es algo menor, la calle se vuelve a llenar de disfraces y el domingo tiene lugar el último carrusel de coros. Por la tarde, en el caso antiguo, hay otra cablagata, aunque en ésta las carrozas son de menor tamaño por lo angosto de las calles. Por la noche los fuegos artificiales ponen punto y final a estos casi diez días de intenso Carnaval. Aunque aquí no acaba todo para el gaditano, ya que para él todo el año es Carnaval, ya qe cuando se apagan los sones de las coplillas, se empieza a pensar en cómo será el "tipo" del siguiente año y a quién le tocará ser protagonista de las letras de las coplas.

En definitiva, la mejor forma de disfrutar del Carnaval es meterse en él y dejarse guiar por quienes mejor conocen estas fiestas. El fotógrafo encuentra en el entusiasmo de los gaditanos por su Carnaval la mejor ayuda, ya que no es difícil que posen para nuestra cámara.